Una pareja sobrevive en el centro de la ciudad Capital, sin sentirla como un hogar. Marina, la narradora, es nieta de una migrante peruana y trabaja en el archivo del Museo de Historia Natural y Social, mientras que Pascale carga la tradición de su familia lafkenche de la isla de Chilco, al sur del país, subsistiendo gracias a trabajos de carpintería. Su mejor amiga, Leila, tuvo que dejar Haití para probar suerte en este país, que avanza a paso firme hacia su destrucción. La caída de un edificio en Gran Avenida, los socavones que comienzan a aparecer sin una causa y un movimiento social que se empeña en demolerlo todo son las señales de una decadencia que parece irreversible, al tiempo que la pareja y su amiga se organizan y luchan por una existencia más digna. Es en ese momento que Marina y Pascale deciden migrar a Chilco, donde la promesa de una vida más plena parece ser posible, lejos de la explotación y la violencia colonial de la Capital. Chilco es, entonces, el símbolo de un espacio en el que las culturas de este continente pueden expresarse. Daniela Catrileo, escritora y filósofa que suma numerosos reconocimientos por sus libros Río herido, Guerra florida y Piñén, nos entrega una novela dolorosa y bella, de un barroco tan inusual como necesario en Chile. Una suma de culturas, colores y voces que representa con maestría las complejidades de nuestra realidad actual.