Más que una celebridad del rock, Eric Clapton es uno de los grandes iconos de la música contemporánea. Bien conocido por su reserva en un medio donde imperan la ostentación, la extravagancia y el pasteleo, ahora nos ofrece la esperada crónica de su notable trayectoria personal y profesional. Nacido en 1945, Clapton nunca conoció a su padre, fue criado por sus abuelos y hasta los nueve años creyó que su madre era su hermana. Desde muy joven buscó consuelo en la guitarra y gracias a su inmenso talento llegó a adquirir en los clubs británicos un prestigio de proporciones casi míticas plasmado en la frase «Clapton es Dios» que sus más devotos seguidores escribían sobre los muros del metro londinense. La irrupción de Cream en la escena musical de los sesenta lo convirtió en una gran estrella a escala mundial, mas los conflictos entre sus componentes desgarraron el grupo en apenas dos años. Su paso por bandas como Blind Faith o Derek and the Dominos sería igualmente breve, pero nos dejó algunas de las canciones más extraordinarias y duraderas de la época, entre ellas la inolvidable «Layla». A finales de la década colaboró a menudo con Jimi Hendrix, Bob Dylan, los Rolling Stones o los Beatles, y en particular con su buen amigo George Harrison, de cuya mujer, Pattie Boyd, se enamoró en un arrebato pasional inicialmente no correspondido que lo llevaría a la desesperación y la heroína. A principios de los setenta logró superar su adicción y grabó 461 Ocean Boulevard, álbum memorable donde destaca una magnética versión de “I Shot the Sheriff”. El disco siguiente, Slowhand, fue otro gran éxito que incluía “Wonderful Tonight”, una conmovedora canción de amor dedicada a Pattie, la mujer con quien finalmente se casaría en 1979. Pero Clapton había sustituido la heroína con el alcohol y su vida se precipitó por una caótica pendiente que acabaría arruinando tanto su música como su matrimonio. En los ochenta, sin embargo, haría frente a sus demonios e iniciaría una larga batalla contra el alcoholismo. Es entonces, aún no concluido el lento proceso de recuperación, cuando recibe el golpe más devastador: Conor, su hijo de cuatro años, muere a causade un absurdo accidente que lo conducirá de nuevo a buscar refugio en la música. El resultado es «Tears in Heaven», una composición de lacerante belleza. Eric Clapton despliega en este libro su áspero humor y su agudo talento para ajustarlelas cuentas a su propio mito y evocar con rara franqueza los episodios más significativos de su ya largo viaje por los escenarios más luminosos, pero también más oscuros, de la música popular contemporánea. Un libro conmovedor, una lectura absorbente incluso para los fans menos entusiastas People La heroína y el alcohol lo llevaron al borde de la muerte. Su hijo Conor murió con apenas cuatro años al precipitarse por la ventana de un apartamento neoyorquino, tragedia devastadora que quedaría plasmada en “Tears of Heaven”. Clapton cuenta éstos y otros hecho sin alardes sentimentales ni concesiones al sensacionalismo... Quien esté interesado en el hombre y su música ha de emprender con él este viaje. Rolling Stone El más querido entre los guitarristas del rock se revela en esta deliciosa e inesperadamente sincera biografía como un hombre de hondos sentimientos. Entertainment Weekly Seamos o no amantes de su música, Clapton es un relato cautivador sobre el arte, la decadencia y la redención. Es también un valioso testimonio de la profunda huella dejada por este guitarrista en el mundo del rock ... Quién se lo hubiera dicho a aquel joven bluesero de Surrey. Los Angeles Times