Las cosas se han complicado para Nikki. Y todo por querer ayudar a su peor enemiga, MacKenzie, quien tenía un bicho en el pelo durante la clase de francés. Nikki intentó quitárselo y alguien filmó el hecho con su teléfono celular. Ahora todos suponen que fue ella quien puso el insecto en la cabellera rubia de su odiosa condiscípula. Pero esto no es lo peor. También resulta que ella y su amor platónico, Brandon, se han distanciado y que MacKenzie ha robado el diario de Nikki y comienza a escribir en él durante algunas semanas. Los lectores somos testigos de esta invasión a la privacidad y de la épica guerra que se desata entre las dos jóvenes. Es un enfrentamiento lleno de golpes bajos y cuyas consecuencias ningún lector será capaz de adivinar.