No son 30 pesos, son 30 años, fue la consigna que se instaló en el estallido social del 18-O y hay algo de
cierto en eso. No obstante, para ser rigurosos en el análisis, es necesario pensar en cuarenta y seis años, y aún más,
en los doscientos diez años de vida independiente de nuestro país. En efecto, la fractura que ha quedado expuesta en
Chile desde el estallido social de 2019 es tanto, el fruto de los problemas no resueltos en la transición y que son parte
de la herencia de la dictadura, así como la lucha histórica por la igualdad y la dignidad del pueblo. También de la ma-
nera en que nuestra democracia se reinaugura y despliega a partir de 1990.
¿Qué pasó con el modelo de democracia chilena que deriva en un estallido que tenía síntomas, pero que nadie
fue capaz de anticipar? Hubo señales relevantes en el movimiento estudiantil de 2006 y 2011. Emergen y confluyen
también con fuerza, una serie de cuestiones cuyo efecto acumulativo genera finalmente la tormenta perfecta: la co-
rrupción y la decadencia de las instituciones, la decreciente participación electoral, la desigualdad, la falta de distri-
bución del poder, la inseguridad y la violencia, las brechas de género y territoriales, son componentes inequívocos de
esta coyuntura crítica. Esta es parte de la reflexión que este libro busca abordar a partir de la conversación con el so-
ciólogo y premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales Manuel Antonio Garretón y del aporte de una serie
de cientistas sociales que, desde sus distintos saberes, aportan para buscar un camino de salida.
Comprender la complejidad del fenómeno que enfrentamos, que ha quedado aún más fuertemente develado
tras la pandemia COVID-19 y sus consecuencias sociales, es un imperativo para quienes creemos que el diálogo, las
instituciones y la democracia son el único camino posible de encuentro para alcanzar un nuevo pacto social.