¿Cuánta gente tiene que morir para que te quedes solo o sola en el mundo? A Camila le quedaba su abuela. Tiene quince años, tarjeta de crédito y plata para viajar por Chile. Pero no tiene a nadie. Solo una cosa la separa de pasar tres años en un hogar de menores: encontrar a su padre biológico. Esta es la historia de cómo se convirtió en una fugitiva.