El Pathos del alto destino heroico del hombre es el aliento espiritual de la Ilíada. Ninguna épica de ningún pueblo ha acuñado de un modo tan completo y alto aquello que hay de imperecedero en el estadio heroico de la existencia humana ni su sentido universal del destino y la verdad perdurable sobre la vida. Sobre el fondo sangriento de la lucha heroica se destaca en la Ilíada un destino individual ... Ver más
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El Pathos del alto destino heroico del hombre es el aliento espiritual de la Ilíada. Ninguna épica de ningún pueblo ha acuñado de un modo tan completo y alto aquello que hay de imperecedero en el estadio heroico de la existencia humana ni su sentido universal del destino y la verdad perdurable sobre la vida. Sobre el fondo sangriento de la lucha heroica se destaca en la Ilíada un destino individual de pura tragedia humana: la vida heroica de Aquiles. La acción de Aquiles es para el poeta el lazo íntimo mediante el cual reúne las escenas sucesivas de lucha en una unidad poética. A la trágica figura de Aquiles debe la Ilíada el no ser para nosotros un venerable manuscrito del espíritu guerrero primitivo, sino un monumento inmortal para el conocimiento de la vida y del dolor humano. La gran epopeya no representa solo un progreso inmenso en el arte de componer un todo complejo y de alto contorno. Significa también una consideración más profunda, de los perfiles íntimos de la vida y sus problemas, que eleva la poesía heroica muy por encima de su esfera originaria y otorga al poeta una posición completamente nueva, una función educadora en el más elevado sentido del término. No es ya un simple divulgador impersonal de la gloria del pasado y de sus hechos. Es un poeta en el pleno sentido de la palabra: un creador intérprete de la tradición.
El Pathos del alto destino heroico del hombre es el aliento espiritual de la Ilíada. Ninguna épica de ningún pueblo ha acuñado de un modo tan completo y alto aquello que hay de imperecedero en el estadio heroico de la existencia humana ni su sentido universal del destino y la verdad perdurable sobre la vida. Sobre el fondo sangriento de la lucha heroica se destaca en la Ilíada un destino individual de pura tragedia humana: la vida heroica de Aquiles. La acción de Aquiles es para el poeta el lazo íntimo mediante el cual reúne las escenas sucesivas de lucha en una unidad poética. A la trágica figura de Aquiles debe la Ilíada el no ser para nosotros un venerable manuscrito del espíritu guerrero primitivo, sino un monumento inmortal para el conocimiento de la vida y del dolor humano. La gran epopeya no representa solo un progreso inmenso en el arte de componer un todo complejo y de alto contorno. Significa también una consideración más profunda, de los perfiles íntimos de la vida y sus problemas, que eleva la poesía heroica muy por encima de su esfera originaria y otorga al poeta una posición completamente nueva, una función educadora en el más elevado sentido del término. No es ya un simple divulgador impersonal de la gloria del pasado y de sus hechos. Es un poeta en el pleno sentido de la palabra: un creador intérprete de la tradición.