Una delicada sinfonía de recuerdos y sentimientos. Noga es una música cuyos dedos están habituados a tocar con delicadeza las cuerdas del arpa. Ahora está lejos de su amado instrumento y de la vida que ha construido en Holanda, pues tiene que volver repentinamente a Jerusalén para ocuparse del apartamento familiar donde creció. Han cambiado muchas cosas desde que se fue. Los vecinos ya no son los mismos, pero también ha cambiado Noga. Durante su estancia en Jerusalén, su hermano le encuentra un trabajo como figurante en películas de cine y televisión. Estas nuevas identidades borran los límites de su comportamiento, antes protegidos por la música. Noga, siempre una figurante en la historia de otros, siente que puede decidir el argumento de su vida.