«Me gusta que la gente de Cahiers du cinéma me conceda libertad para hablar de lo que yo quiero», así
define su participación en la revista francesa la escritora y cineasta Marguerite Duras, en el número especial de junio de 1980. Usó esta carta blanca para tratar ahí sus obsesiones y coordenadas estéticas en literatura y cine, y cómo ambas disciplinas se pueden relacionar. Es ejemplar la conversación que sostiene con Elia Kazan, su defensa y distancia con directores (Chaplin, Godard, Rohmer, dentro de los primeros; Woody Allen o Bergman, en los segundos), sus opiniones sobre política y cultura, su participación en Mayo del 68, los tipos de espectadores que ven sus películas y, cómo no, sobre su propia obra.
Con espontaneidad y un estilo directo, reflexiona y dialoga sobre su trabajo y el de sus contemporáneos, entregándonos los ensayos, viñetas y entrevistas que componen este libro, que por momentos es oscuro y por otros iluminador, pero siempre con la elegancia y sofisticación que caracterizan a Duras, intelectual que supo reflejar el siglo XX y que nos irradia hasta la actualidad.